Yoru

Ostara

Flor, canto de Abril.
Sol, férvido dios.
Luce el celaje un dulce rubor;
Luz...tibia bondad.

 

Susurra el viento un soplo inocuo,
En él tu nombre pude escuchar.
Alma de niña, tu risa evoco;
Sublime canto mágico que soñé.

 

Un jardín de rosas florece junto a mí.
Trazaré un sendero que pueda conducirme a ti.
La infame tormenta no impedirá mi fin,
Surcaría los cielos, solo por verte sonreír.

 

Cruel adversidad,
¡No la alejarás!.
Ella me brinda magia y virtud,
Fe y voluntad.

Callada y grácil la Luna asciende,
Las sombras reinan en la ciudad.
Arrullo y calma, anhelo hiriente;
La noche solo es es cálida junto a ti.

 

Un dosel de estrellas contemplo sobre mí.
Serenata triste, llora el ocaso al concluir.
Ágatas celestes que velan mi sufrir.
Por un breve instante... su mano quiero sostener.


En su profundo mirar,
Mi dogma y divinidad.
En su sonrisa el Edén;
Radiante flor de un vívido Carmesí.