Hector Augusto Cuestas Venegas

Te amo como eres

Te amo como eres

 

Te amo como eres,

callada, pasiva, casi eterna,

siempre tendida a mis pies,

 inexpresiva e incondicional.

Te amo como eres,

con tu sucia faz de rutitna,

con tus múltiples olores,

 la mayoría pestilentes.

Los hombres y las ratas

te habitan en la luz

y en las tinieblas.

Te amo como eres,

aún cuando digieres,

el vómito de los ebrios,

 el orín de los perros

y el estiércol de humanos y de bestias.

Te amo como eres,

con tus orillas

colmadas de inmundicia

o adornadas con jardines,

con tus aires infestados de humo

y todo tipo de gases.

De vez en cuando

un olor dulce.

Te amo como eres,

con tus superficies como muslos:

 anchas y siempre abiertas a mi paso,

con miles de huellas

que se forman y se borran cada instante.

El sol, la luna y la lluvia

son mis amigos, mis hermanos,

con ellos acudimos a ti

a pasear nuestras soledades en tu faz,

-acaso buscando una senda prometida-

y derramamos sobre ti nuestras lágrimas

como confesándote nuestras penas

y nuestra infinita ansiedad.

Sí, te amo como eres,

tú, la calle, mi calle,

la más fiel cómplice

de mis anhelos de libertad.