En la inmensidad
de una pequeña eternidad
quedo suspendido el todo,
y, ¿qué es el todo para ti?,
¿para los dos?, Lo que aun
no podemos compartir,
es un vuelo
desde el acantilado
más alto, pero, sin poder
ascender más allá
de donde el viento puede
con su aliento helado
mantenernos con vida;
los recuerdos son el refugio
a toda esa desnudez solitaria
que el alma siente,
…en un solo latido,
el maternal romance
de los cuerpos entrelazados
extrañan ese calor febril,
tan fuerte que fundía
la materia corpórea
que aprisiona lo que
verdaderamente somos.
En la inmensidad
de una pequeña eternidad
quedo suspendido
todo sentimiento, que,
a flor de piel lacera el alma,
lacrimare amoris,
por las mejillas
se deslizaban, tan desoladas,
formaban pequeños riachuelos
sobre la piel desértica
de un fino mármol
que desea ser esculpido
por alguien todo poderoso,
un suave murmullo
advierte la próxima sequía,
cuantas melodías dulces,
se ahogan en un suave eco,
nuestro silencio se refugia
entre nuestros pechos,
que, unidos por un abrazo
absorbe los latidos
de dos corazones felices
pero adoloridos.
Temporis aeterni
capit mi solitudine,
ut salvet me vacua
(momento eterno
que me quita soledad,
que me salva del vacío),
suspendidos se quedan
los anhelos de la mente,
del cuerpo y del alma,
como péndulos afilados
sobre los sentimientos
adormecidos por un romance,
romance que la materia adolorida
siente ya no soportar más.
Wellngton