Sujetaba un hilo.
Inexplicable tu cuerpo.
Amanecía.
Temblaba.
Era como suspirar
en el temblor de la incertidumbre.
Como el mar, la sal.
Como el agua, tus párpados.
Y en medio yo.
Como la vida.
El ruido es transparente
como el rayo.
Sin sudor.
Solo un abrazo.
Y en medio.
La inercia.
Nadie.
Y en el extremo.
Unos labios.