Doctor estoy enfermo de patria
tengo cefaleas de abandono
miopía de corrupciones
amnesia del mismo mal
pálpitos de contrabandos
diarrea de analfabetismo
gonorrea de indiferencia
y sífilis de estupidez
El doctor estruja un recetario
acaricia una camándula de hule
que en lugar de crucifijo
tiene una rueda plateada
con la que me conjura
a que infle y desinfle un pulmón
Iza una dorada pluma
obsequio de una transnacional
garabatea tintas que ni él entiende
y mientras retiene con su pulgar
un moco que por la nariz le asomó
me dice con voz de cura en confesionario
Estás enfermo de Revolución
deberás volver a la televisión
a los noticieros de siempre
los domingos a misa y al estadio
consíguete otro trabajo
procúrate otra hipoteca
necesitas un carro mejor
cómprate ropa a la moda
no te vendría mal una operación
que te anchen las nalgas
quizá te estorba un riñón
Si esa enfermedad persiste
precisaré internarte
en esos nuevos nosocomios
que la gente llama prisión;
ahí habrán de reeducarte
y prepararte…
¡No! No para reinsertarte
Si no para justificar tu definitiva extracción
Pues esa es una enfermedad contagiosa
que ya dábamos por extinta
lo mismo que el sarampión
y en caso de epidemia
deberemos fumigar
con plomo en capsulas presurizadas
en dosis individuales o colectivas
hasta controlas la expansión