Lecho boraz el corazón de numerosos hombres
que ansían las excusas y las miserias de los pobres.
Mudo quedo del semblante horrendo de sus palabras
que perturban mi mente de mar y montañas.
¿Patria? creí haberte conocido, pero ahora te veo
y miro tu sufrir y tu gemir profundo y pesado,
te quedas inerme frente a los despiadados
y has llorado por tus hijos en ahogado llanto
Tu que diste de ver luz al hombre patrio y luchador
madre del pueblo de laurel que una corona angustió
y el mismo pueblo que pariste te hizo libre de opresión.
¿Lloras? Te veo y digo: la patria, esta bella patria
pisoteada, maltratada por los laceradores de mentes
¿Cómo no va a llorar si hombres en tu sacro nombre
pretenden convertirte con sus bocas en yermo papitante?
Se escucha el estrepito de huesos como truenos
mueven las tumbas, quiebran la tierra
son los los cuerpos de los que murieron una vez por ella
al ver que bestias encadenan las manos que ellos liberaron.
Patria, veo que quieres esgrimir virtuosa la libertad
Veo en tu corazón palpitante una cascada de sangre ardiente
En tu mirar se recrean las batallas libertarias de antaño
Caminas erguida recorriendo las fronteras.
¡Tierra invicta! ¡Corona del cosmos y hogar de grandes ilustres!
¡Que tiemblen los hombres que quieren cambiar tu libertad por sus vientres!
¡Y si mi deber es morir por ti mi Patria, entierrenme directo en tus tierras
para que consumas mi carne y sea parte de tí hasta el fin de las eras!