Perfecta luna, perfecta tu.
Perfecta esta noche en que la brisa cómplice se cuela por la ventana de este cuarto, cómplice también, de pasiones desenfrenadas y silencios y besos sin fin y cuerpos fundidos.
Contigo sueño a mi lado, contigo deseo el deseo de amarte, el deseo de llevarte al infinito de nuestro placer finito, de los momentos infinitos que se acaban pronto.
Volver a reír contigo, llorar contigo y volver a temblar contigo.
Noche para dormir en ti, sobre ti, escuchar tus melodías de amor y arrullar el deseo en tu piel y saciar la sed de lujuria en la inagotable fuente de placer que yace justo al sur de tu ombligo.
Repaso con el recuerdo en mi mente el danzar de tus caderas en tu frenética cabalgata sobre mi pelvis.
Y me desmadejo en flecos orgásmicos atado a la mirada del café profundo de tus ojos, crispado de placer.
Contigo en esta noche, una más sin ti.
Aún así, contigo esta noche, amaneceré sin ti.