Coincidimos encerrados en una fracción de tiempo,
abiertos al estrecho espacio de aquel lugar llamado fortuna,
una amante de la noche,
de una primavera de cielo azul,
sencilla de ojos miel,
vertiente de guiños tiernos,
mirada efusiva,
de luces nocturnas, luz plata,
letargos en mi silencio,
desnudo mi insomnio para vestirla con tus sueños.
Átame sin piedad a los lazos tímidos que enredad tu dulzura,
mis mejillas tibias recuerdan tus cabellos como hilos de seda,
efusiva en tus adentros,
expresiva con la mirada de luna llena,
eriges viajes sin fondos ni vacío,
inclinas mi horizonte a la pendiente de tu destino
y despues de una pausa al amor
recuperaste mi esencia de mar infinito.
Llegó la hora de partir al final de los miedos excesivos,
a la irreverente expectación que dejan los comienzos,
basta callar al silencio para que grite el amor,
basta esconder mis versos sobre los nidos de tu abrazo
para que la noche vuelva a creer en nosotros,
un reencuentro no es casualidad,
jamás se cruzan los destinos sin elegir caminos iguales.