Es la hora del amanecer,
el viento estelar se precipita
por las calles,
las hojas danzan con giros extraños
y fantásticos.
El humo de los vehículos
se arremolina con etérea
siguiendo las geometrías
del espacio exterior
Sigiloso el sol se asoma
por las brumas del Sur,
ya muestran luces
las cómodas habitaciones.
Ésta es la hora
en que los poetas lunáticos
saben que nacen los perfumes
y los matices de las flores
llenando los vientos
con nuevos sueños,
pero, por cada sueño que traen
nos arrebatan
una docena de los nuestros.