Anoche estuvimos juntos.
Yo estaba sentada y tú me peinabas.
Y por cierto, lo hacías con mucho esmero y amor. Con mucha entrega.
Si, fue un sueño, solo un sueño, lo soñé...
Pero cuando me he despertado y me he acordado del sueño, la dulzura que me ha hecho sentir no se puede describir con palabras.
Ojalá esta noche lo vuelva a soñar y así mañana, viernes, tener otro dulce despertar.