Una fuente de preciado hidrocarburo
Fluyendo de una toma clandestina,
Trocándose en poderosa asesina
Propina a mi país un golpe duro.
En un ducto, conductor de gasolina,
Propiedad de petróleos mexicanos,
Murieron hombres, niños y ancianos
Y una que otra mujer que se aglutina.
La gente abalanzándose en tropel,
Buscando abastecerse del producto,
Tumultuosa se desborda sobre el ducto
Cual abejas atraídas por la miel.
No impórtales la orden del coronel
De alejarse del sitio en el instante,
Les importa un bledo el comandante
Solo ven la gasolina en abundancia
Sin costo para ellos, cien por ciento ganancia,
Llenando sus bidones del líquido abundante.
De pronto una explosión rompe el sosiego
Y una lengua de fuego gigantesca
Se levanta y en una escena dantesca
Caen muertos y heridos por el suelo.
Gritos desgarradores de dolor,
Un silencio terrorífico de muerte,
Desesperanza danzando en el ambiente
Al ritmo musical del guachicol.
Policía y ejército en bandada
Se lanzan a auxiliar a los heridos,
No importa para ellos si bandidos
U honestos son, no importa nada.
Un minuto de silencio por los muertos
Y mil loas para las fuerzas armadas,
Que aun siendo por las gentes agraviadas
No responden al insulto, aguantan yertos.