Mariscal de hermosa tropa
del verbo y la melodía
llenos de dulce ambrosía
que por el alma galopa;
Cuando se bebe en tu copa
nos demuestras paso a paso
que tu porte de pegaso
por Natura es bendecido
y solemnemente ungido
por los dioses del parnaso.
Es tu egregia poesía
cual susurro de la fuente
que perdura eternamente
por la gracia de Thalía,
la musa de la armonía
y tu gran progenitora
que te dio luz de la aurora
que tu mente iluminara
y tu genio nos legara
creación cautivadora.
Por tu pluma conocí
los misterios del oriente,
la bailarina candente
que vestía de organdí,
y con tus letras viví
tantas noches de placer
con \"Margarita Gautier\"
y su vida de elegancias
aspirando las fragancias
de su regio neceser.
También me hiciste querer
la grandeza de mi raza
que con su \"fornida maza\"
su vigor puede ofrecer,
y justicia defender
de tiranos, de invasores,
y levantar los colores
d\'esta tierra americana
que tiene sangre araucana
y del Inca sus fervores.
Tu fuiste, Rubén Darío,
grande maestro y profeta,
con tu numen de poeta
le diste al idioma brío,
Como soberano río
con gigantesco caudal
nos repletas nuestro grial
del mas delicioso vino
cuando se lee tu trino
de ruiseñor celestial.
También te quiero decir
como te dijo Machado
con corazón destrozado
viendo tu musa partir:
¡Que nunca habrá de morir
ese acorde que delira
con el verso que transpira
de belleza el esplendor
y que te hizo \"Gran Señor\"
de la flauta y de la lira!
Autor: Aníbal Rodríguez.