Denise Arredondo

Carta para mi pasado

Hoy me dediqué a merodear en mis recuerdos y entre ellos estaban nuestros primeros encuentros. Comencé a extrañarte y querer saber de ti. Encontré algunos detalles que te quiero contar. 
Eras más segura (eso te lo aseguro) te mirabas en aquel espejo de tu habitación, y todo te gustaba de ti. No encontrabas defecto alguno, estabas a gusto con cualquier atuendo que llevarás puesto, cualquier peinado te sentaba bien. 
Eras más feliz, más alegre, siempre una sonrisa para demostrar, siempre con la cabeza en alto sabiendo que valias y que tenías mucho para dar. 
Tenías sueños (ufff y cuántos sueños) tenías una lista interminable de cosas que querías hacer después de los 18, antes de los 20. (Ninguna se concretó) 
Llorabas muy poco, no eras para nada frágil, muy costoso que una lágrima caiga en tu mejilla. 
Vivias en tu mundo, ese mundo que te costó construir, ese mundo del que te costaba salir.  
Hasta que llegó, llegó ese día, llegó el día en el que debías mirar con otros ojos, llegó el día en el que empezaste a sentir, que te empezó a doler lo que otros pensaban de ti. 
Te volviste insegura, tu espejo se volvió triste de tanto escuchar reproches contra ti. 
Ningún atuendo te gustaba, ningún peinado te sentaba a gusto (te veías más delgada) fueron aquellos comentarios que hicieron un globo de inseguridades en ti. 
Ya no eras tan feliz, a menudo te encontrabas con la tristeza y con un túnel oscuro que te aproximaba a la soledad. 
Y ahora llorabas, llorabas tanto que nadie te podía apaciguar. 
Y ahora estoy acá, siendo un poco de aquel pasado y mucho más que este presente. 
Te escribí a vos, que te quedaste allá, con tu alegría, con tu entusiasmo, con tus sueños. Te escribo desde aca comentandote que quiero volver a ser eso que eras, a ser esa persona llena de sueños y deseos interminables con la obligación de concretar. 
Te escribo para decirte que te extraño y que te quiero volver a ver. 
Te espero por aquí, merodeando en tus recuerdos, en tu pasado. 
Te espero y espero que quieras volver a ser eso que tanto costo encender. 

      -Denise Arredondo