Promisión.
Si te sigue el silencio de la noche demacrada, de mí saldrá un sueño de colores cristalinos: si no sabe una estrella darle brillo a tu mañana, he de hacerte un cometa que ilumine tus caminos.
Si te sigue el murmullo de la tórrida palabra, de mí saldrá un coro de querubes celestiales: si no sabe una estrella darle brillo a tu mañana, he de hacerte un paraíso de futuros ideales.
Cuando a ti vaya la bruma de la ingrata soledad, yo sabré darte el abrazo de la tibia compañía: cuando vaya la muralla del olvido y del pesar, yo he de ser el que en un canto te construya la alegría.
Cuando a ti vaya la nube de una lágrima fugaz, yo sabré secar tus ojos con un verso en el papel: cuando vaya la muralla del olvido y del pesar, yo he de ser el que derribe tus lamentos de mujer.
Se despide el poeta de las noches que iluminan, se despide tu amigo de las sombras más sensibles: se va quien te quiere en la cima de las dichas, se va quien te cuenta de sus pasos más terribles.
Se despide el poeta que te escribe una sonrisa, se despide el viejo vate del silencio encadenado: se va quien te quiere en la cima de las dichas, se va quien te cuenta de la luz que está a tu lado.