En la cúspide del cielo...
las muchachas besan
labios desflorados,
desbocados...
en la mano sin caricia,
de la alberca...
desnudada de sus hojas,
cariátides semiocultas...
desatan la amapola
de las rosas,
del olivo...
declinado de materia,
en la tarde desgastada
de su aroma.