Verano Brisas

EL DEVORADOR DE NIÑOS

Temido en África occidental,

más que espanto represento el alma

de esas tierras bañadas por el mar,

donde me sacio con peces y moluscos

cuando escasean los niños,

que como crudos y recién nacidos.

 

Al huir el Sol tras del océano,

recorro aldeas y caminos donde pueda

hallar mujeres que amamantan hijos;

se los rapto lanzando carcajadas

mientras voy descuartizando al inocente,

hasta llegar presuroso a mi caverna

donde termino de engullir sus restos.

 

Nadie puede describirme exactamente,

por mi forma cambiante y resbalosa;

sólo ven vapores filtrados en las grietas

como serpientes en su madriguera.

 

Mi rasgo peculiar es carecer estómago,

pero sufro de bulimia permanente,

que me obliga a consumir sin freno

toda clase de infantes y de peces,

como cebo de mi oscura antropofagia

en el sórdido abismo de la muerte.