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GUITARRA...

GUITARRA...

Tú que llevas el cuerpo
torneado, de mujer,
cual diseño perfecto,
te quiero componer...

A ti que me consuelas
con tu dulce sonido,
aplacando mis penas,
despertando sentidos...

Esta humilde poesía
en tu nombre, guitarra,
porque quiero éste día
retribuir con palabras...

Lo tanto que me has dado
en mis horas mas tristes,
habiéndote tocado
cuan feliz tú me hiciste.

Despejando mil temas,
disipando locuras,
olvidando condenas
que no siempre se buscan.

Me traes al mirarte,
el recuerdo querido,
de pasados instantes
con mi hermana vividos...

Cantando alguna zamba
o alguna chacarera,
y tú que acompañabas,
que bello que eso era !

Que felices momentos
pasamos... No lo crees ?
Riendo de contentos
mas, se fue... No la esperes !

Nunca mas sentirás,
sus manos, su ternura,
que te hacían vibrar
sacando tu dulzura.

Se marchó aquella tarde
para no retornar.
Quizá fuimos culpables
del nunca mas cantar.

Te pregunto por qué
con tus notas sentidas,
no le dijiste que...
Tanto yo, la quería..?

Para no se marchara !
Para estar como antes !
Para que me cantara !
Para también cantarle !

Ay..! Guitarra querida
que hoy te tengo guardada;
el verte, me lastima
y se angustia mi alma !

Porque en ti reflejada
está siempre mi hermana,
pero triste, opacada
como aquella mañana...

Que luego de marchar
en manos de la parca,
pidiéndole cantar...
No emitía palabras !

Que tristeza ha dejado !
Me escuchas tú, guitarra ?
O también te has marchado
dejando tu coraza ?

No escucho melodías !
Vacía está tu alma !
Tal vez fuiste aquel día
con ella, a acompañarla...

Y en el cielo, cantando,
con otros que no están,
nos estén esperando
para por siempre estar...

Reunidos nuevamente,
con mi viejo querido;
saliendo de tu vientre
los acordes mas lindos !

Guitarra... Hoy que eres mía
y me haces recordar...
Te obsequio esta poesía,
porque en ti... Ella está !

Luis A. Prieto
domingo, 18 de marzo de 2007
19:16 hs.