Haz que levite a los más alto
de éste cielo escarchado,
al compás de un beso,
de nuestros alientos
conjugados.
Llévame al cautiverio
de estar abrazados,
creame un mundo...
Pártelo en dos.
Que el besarnos sea el motor
de la pasión celestial de nuestros cuerpos,
amándose con devoción.
Te entrego cada uno de éstos latidos...
Acogidos, aquí,
bajo mi pecho,
para que sientas cómo te amo.
Es todo tuyo,
éste suelo árido desde hace tiempo
y todo enigma guardado
por éste lienzo en blanco.
Sí, toma posesión...
Ven, para que siembres
y pintes en él con tus manos.
Oh, tú suave regocijo,
sábana que me cubre
con timidez del frío,
en el prefacio de éste amor imberbe,
que invita a fluir en desnudez y desvaríos...
Tómame.
Elévame,
hacía donde jamás he ido.
Haz brotar un río de perversión, de fantasías.
Quiero arrojarme al vacío...
llenarme de ti.
En caída libre perecer,
escuchando el tono orgásmico de tu voz...
En un universo descubierto por los dos,
en esa Vía Láctea de nuestros cuerpos
ardiendo cósmicos.
Húmedos. Fecundos.
Hasta el amanecer.
De: Diana J. Reyes Diáz.
( Diana Reydz)
Publicado el 26/01/19
10:26pm
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