QUE NADIE TU VIDA PAUTE
Como los árboles lloran,
el musgo a la roca adora.
El aire al vivo devora,
con la fuerza de su empaque.
Sangre sobre el verso aflora,
para sazonar su hambre.
Se fue diezmando la vida,
aunque el humano pretenda,
que se alargue su existencia.
con afeites y manjares.
Confundiendo la verdad,
con la realidad fingida.
Barnizando la vejez,
con fingidos maquillajes,
a la real decrepitud.
Y abraza la senectud,
con patética actitud.
Devora el tiempo la prisa.
Que se hace más pequeña,
en cada respiración.
Jadeante se desboca,
Y las vivencias acortan,
cuando se suelta el timón.
Que nadie marque la pauta.
Que el ritmo nadie corrija.
Que el pulso de cada cual,
modere su propia vida.
De cada uno es el segundo,
que lo contrae o lo estira.
El temblor manda al suspiro,
que obedece a su latido.
Aminora o se desboca,
cuando vibra el corazón.
El pensamiento hace caso,
al sentido y al temor.
Así el pulso se acelera,
o eternamente reposa.
El temblor acude al niño,
que en el pasado quedó.
Aspira el ciego la luz ,
viendo más que aquel que ve.
Y al mirar el interior.
Descubre un amor mayor,
del que sin ver, solo mira.
A la esencia da valor,
pues no le puede ocultar,
el bosque a la misma vida.
El Hombre nace sin ver,
solo sombras que le miran.
Cuando el pensamiento encoje,
y las ideas se achican.
Perdida en la dejadez,
pasa sin valor la vida.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
26/01/2019