De tu piel a tu mirada en la silla,
en la luz pálida y amarilla,
en ti, sobre mi,
penetrandome la vida.
De las manos,
del tácto húmedo,
del rozar ligero,
de la calidez del cuerpo,
del perderse entre los sueños.
Del aquí, del ahora,
del ir y del venir,
de una caricia que acalora,
de ti y de mi,
de mis labios que te adoran.