Laura Ontiveros Plaza

Premura

Te pierdo cada tanto,

te vas flotando cuando duermo,

mientras sueño,

y tus pasos no tocan en suelo,

tratando de no dejarme huella.

 

Te pierdo cada tanto,

aunque te seguiré hablando,  

mientras me aliste para salir, 

para encontrarte en esa esquina,

y verte desde lejos sonriendo,

aunque sea frente a otro cuerpo.

 

Te pierdo cada tanto,

y seguiré pensando en ti,

cuando escuche el soplido tenue,

del espacio negro,

a la hora que se cae el cielo.

Seguiré derramando oleadas de aguardiente,

en cada domingo vacío,

y viendo tu cara en la cúspide

de las noches repletas de cristales y malestares.

 

Te pierdo cada tanto,

que ya me acostumbré,

que eres como la primavera, 

que llega sin aviso,

deshelando mis venas,

enardeciendo mis labios,

y se va sin anticipo,

amontonándome hojas secas.