Vivo en tierras amerindias
como fantasma femenino
y mi esqueleto lo cubro
con piel de cierva en harapos.
Duermo durante el día
para cantar despierta
cantos de muerte en la noche
junto a un mágico tambor
y movimientos rituales.
Mi voz es muy similar
al aullido de los lobos
en estaciones de invierno,
y puede ser escuchada
cuando penetra los pliegues
de las mantas más espesas,
para anunciar su deceso
a los ya seleccionados.
La protección valedera
contra mis artes de magia,
es un vestido elegante
de color rojo encendido
y cuentas muy numerosas,
pues este color evita
los peligros más comunes
que llevan hacia el final
cuando se acaba la vida.