I
Aferrado a tu ausencia tan silenciosa y abrazando mi soledad, como siempre, tan juiciosa. Comienzo besando el recuerdo de un cielo, de una sonrisa, de una luna tierna; y se torna tensa la realidad, cuando estar en ti, es mi sueño en vela, mi pasión más carnosa. Luego viendo la desnudez de tus ojos tan piadoso, ¡dulce ser de carácter y personalidad hermosa!; término dividiendo mi corazón, partiendo la razón, compartiendo el alma y la virtud ansiosa.