Dicen que es cuestión de tiempo.
Que el verde nace y va a nacer,
que las tristezas se abandonan
por carreteras desoladas luego de unos meses.
Que esa paciencia diamantina
se debe sembrar fervorosamente sin descanso.
Y el tiempo se lleva la cicatriz,
y una palabra que caló en tu infinito:
Avestruz enterrada en el ecuador,
en el ensimismamiento dador de esperanza.
Avestruz de hematoma y disonancia etérea.
Avestruz cargando su cruz.
Cruz de tiempo, invertida ave sin cuello.
Si se trata de las horas.
En derrumbe de alientos; los recuerdos,
pero es cuestión de tiempo dicen.
─Solo, solo cierra los ojos.
Bandido tiempo, los ojos se me escaparon.
¿Qué ojos cierro?