Despertaste la furia de pasiones
que calmadas dormían en el alma,
y mis horas de paz y santa calma
las llenaste de fuertes emociones!
Se fundieron tu cuerpo y mis delirios
en un mar de ilusiones y deseos,
y quedaron mis sueños como reos
de tus besos, que fueron blancos lirios!
Encendiste el farol que brillo diera
a mi vida que estaba solitaria,
con tu llama voraz, tan incendiaria,
tu lograste que mi alma se encendiera!
De placeres un ramo me brindaste,
los guardabas tan llenos de tu encanto,
y mis penas de amargo desencanto
con tu voz melodiosa me curaste!
Mas de pronto tu luz se fue apagando
se esfumó su fulgor igual que espuma,
convirtiendo mi vida en negra bruma
en cenizas la hoguera fue quedando!
Tu recuerdo sensual mi vida llena
con tu risa tan dulce y cantarina,
eran trinos de blanca golondrina
que dejaban el alma muy serena!
Nunca pienses que yo de pena muera
porque marchas en busca de otro cielo,
con tu amor me cubriste del consuelo
que tu boca bendita me ofreciera!
Se termina lo bello de la historia
y regreso de nuevo a mi silencio;
con dolor tu partida yo presencio
y por siempre estarás en mi memoria!!
Autor: Aníbal Rodríguez.