Ernesto Nexticapa Javier ( Escritor Nocturno)

EN SILENCIO

 

Tanto te amé mujer de ojos negros
me perdí en el perfume de tus cabellos,
crisma cristalino del jardín etéreo
¡Oh sílfide! Inspiración de mi verso
acendrado el dulzor de tus besos;

perdido en el carmín de tus labios
en tu cálido aliento vi nacer fuego,
que me consumía la piel, mi cuerpo,
epifanía divina en aquel momento
fundiéndose con el cobalto del cielo.

Tomaba el polvo rosillo del lucero
como lluvia caía sobre tu pecho,
y rocíe grano a grano sobre tus senos
la gracia celestial con mis besos
coseché fértil semilla en tu granero.

Pero… a nosotros llegó un cruel invierno
con sus vientos fríos septentrionales,
congelando los claros caudales.
Pasó el tiempo, juez de los mortales
bebimos del acerbo vino del morbo
consumió la vida y el amor de un sorbo.

Este túmulo cubierto de rastrojos
donde yace yerto tu pálido cuerpo,
un llanto sincero brota de mis ojos
en silencio rezo con fe al cielo
lacónicos gritos diciendo: ¡Te quiero!

Llevas con cariño entre tus tersas manos
el fruto bendito de nuestro amor,
caminan el sendero blanco del creador
aunque vacíos quedarán mis brazos
su aroma nacarado emana un fulgor;

en mis noches brunas son resplandor,
mis versos, vosotros son inspiración,
latidos, voces del corazón,
zarza ardiente de una profunda ilusión,
pronto los veré ¡Lo prometo amor!