Y entonces, el azar de la vida
Te ha llevado a otra parte.
Como haré yo para mantenerme cuerdo,
si la luz me trae tu visión
y el ruido tu recuerdo.
Se me antoja creer que yaces
en las flores...
De esas que te gustaban tanto:
amarillas, rojas, azules y blancas.
Y se me antoja creer que puedo tocarte
en sus pétalos y así
creer que te tengo.