No te veo triste
no te veo solo
tus ojitos saltan
como caniquitas
de un lado a otro.
En un metro fugaz
te observo, y tu cuellito
gira y gira sin cesar.
Mientras la madre ausente,
ida, lejana, clavada en su celular.
El tren arriba,
pasajera con prisa
lo toma de la mano y arrastra
hacia la salida.
Los ojitos saltan de un lado a otro
y las caniquitas asustadas
arrastrando la mirada
en el suelo desairada.
Como trapo lo bajaron
con cuellito en movimiento
tierno y retorcido
por ese lindo celular
que suena como bandido.