Amor…yo quiero que en la hora de mi muerte recuestes mi cabeza en tu regazo, para cuando yo, de el último suspiro, me puedas recordar eternamente. Ya no oirás mis quejas ni lamentos, en los labios marchitos de la muerte, quedarán las palabras ausentes. Mis ojos se cerrarán para siempre, mis sueños se quedarán divagando, mis pasos quedarán deambulando como huellas azules, en el espacio inerte, turbados y sin saber a donde detenerse. ¡No llores por mi muerte … no me llores! Que yo a donde vaya viajaré contigo, te llevaré por aquellas dimensiones en donde no existira el castigo. ¡No llores por mi muerte…no me llores! Que en la eternidad te cantaré canciones… Allí yo te espero ángel mío, para que sigamos con nuestros amores… yo te aseguro amor de mis amores que conmigo se irán tus ilusiones. Felina