¿Quién puede entrelazar pétalos de rosas entre buganvillas, sin pincharse entre sus púas? ¿Quién puede recitar o escribir versos en papel bañado en lágrimas? ¿Cómo borrar el dolor, el desamparo, la traición y el descuido hacía una criatura de escasos años? ¿Cómo evitar crezcan pinchos en la corona de espinas si son para su defenza? ¿Cómo no sentir rencor, recelo si la mano protectora, golpeó en vez de ser benefactora? ¿Quién dará auxilio o protección si soy culpable en mi inocencia? ¿Cómo gritar o golpear, si el grito interno se ha quedado mudo y el puño no tiene fuerzas? ¿Quién quita de la memoria el acto vil, perverso, la oscuridad, la culpa que le siguieron? ¿Cómo ser niña, si la inocencia fue arrancada, desraizada sin dejar huella bajo tierra? ¿Quién quitará la armadura de la princesa, si es lo que la mantiene a salvo? ¿Cómo hacer rimas asalmonadas y tiernas, donde solo surgen asonancias oscuras y áridas angustias? ¿Quién juzgará al infractor, si hasta la túnica larga lo favorece? No se puede liar pétalos en enredaderas sin encontrarse púas que la protejan, o escribir versos en papel satinado en un corazón sangrante...¡No, no se puede!