Esta voz mía
ya no soporta el encierro de la palabra.
Se quiere decir a sí misma,
con sus acentos y sus silencios.
Cree que la poesía no le alcanza,
y yo ya no tengo forma de decirle
que puede reunir al universo entero
en los límites de un poema .
Esta voz mía
quiere desbocarse en su ansiedad desmedida;
al menos que haga germinar en mi poemario,
un verso que te nombre y te reúna entera.
Como lo hacían las palabras vertidas por tus labios.
Una caricia, una mirada, un gesto definitivo.
Como esa voz tuya que me acogía en tu silencio cautivo,
que ya no escucho más.