Al contemplar el abeitar
De un corazón adolorido el cordojo,
Permite entrever cierto enojo
Que se evidencia al esperar
Capaz es ella de nucir
Causando en mí melancolía y esplín.
¿Podré al fin estar ledo o fruir?
¿En vida poder albergar un botín?
Antier, he de encontrarme con una atijara
Que, campante, a mi persona ofrece
Un puesto de celícola, y muy majara
¡Piensa que mi alma en vida remece!
Un deliquio propio he membrado
Cuando a tu persona mamparar he tratado
¿Mi corazón merece ser atibado?
¡En un ser contentible me he transformado!