Aun si mis pupilas murieran
Y sólo quedase de mi retina un agujero
Podría verte recorrer los caminos
Y partiría hacia ti con el cantar de tu sonrisa
Aun si mis oídos no escucharan el trino de las aves
Y mi boca enmudecida no pronunciará tu nombre
Podría escucharte conjugar el amor
Y partiría hacia ti sobre el camino que trazó tu mirada
Desde siempre te he amado y para siempre
Desde el interior amoroso del sustantivo padre
Desde el todo y para siempre te he amado
Desde el corazón silente de progenitor amoroso
Has encendido las velas de la noche
Robando la oscuridad para transformarla en Sol
Has abierto las pupilas de la noche
Robando su espanto para transformarlo en canto
Quien diría, que un día seguiría las huellas de tus pasos
Que un día se alzarían de nuevo mis manos recién nacidas
Para abrigar en el corazón el fruto de tu amor
Que un día mi voz entonara un himno nuevo
Y juntos contemplaríamos el Sol de la nueva vida