Pueblo altivo y soberano,
pueblo noble que con su mano,
escribe su propia historia;
que se yergue victorioso,
que se impone soberano.
Pueblo que siembra y abona
Con su esfuerzo y su sudor,
Extensos cañaverales,
Para extraer de la tierra
La dulzura de la caña
La que endulza amorosa
La amargura y la pobreza.
A ti llegaron sufridos,
Mi hermano con su familia,
Con nuestro David enfermo,
buscando una esperanza, y
y aunque el destino no quiso
hacer posible ese anhelo
el pueblo cubano quiso
regalarnos su confianza.
la mano que generosa
se extendió con firmeza
y sostuvo a la familia
en sus horas más terribles.
fueron médicos cubanos,
que con ayuda divina,
un año más nos permitieron
de la vida de David.
Médicos más que humanos
que con cálida atención,
a la familia completa
sin mirar su condición
le dieron lo más preciado
amor afecto y dedicación.
¿y qué le dimos a cambio?
¡nada! Porque nada nos pidieron,
Porque son un vivo ejemplo
de humanismo y de amor
al ejercer su profesión.
Pueblo cubano, y no digo
nombres de nadie,
por no molestar a nadie,
solo elogio a su gente,
gente de sangre caliente,
de Mambo, Son y Cha cha cha,
y corazón solidario.
De gente arañando en la tierra
desenterrando esperanzas.
De gente maravillosa
que nos supo dar amor,
que nos extendió la mano
con ese sentir humano
de buen latinoamericano.
Aunque mi familia trajo,
Un cofre de amarguras
Con las cenizas amadas;
También trajo el sabor
dulce de la caña cubana
de la esencia del sabor
dulce de gente cubana.