No permitas que se esfumen tus sueños.
Custódialos en tu corazón.
Riégalos diariamente con la ilusión y la esperanza.
Abónalos con la constancia y haz todo lo que esté de tu parte por alcanzarlos.
Recuerda que el sueño del envidioso es muy ligero. El simple susurro de tus anhelos lo despertará y cualquier cosa hará por destruirlos. Por ello no hagas ruido y mantente ante él atento y silencioso.
Astucia y sencillez son dos fuertes aliadas que te ayudaran a alcanzar lo que tanto deseas.