Entre noches frías y botellas de licor
la misma pregunta al corazón,
¿cómo olvidar a quien jamás nos perteneció?
Un silencio se adueña de la habitación
entre frías paredes la pregunta
se queda al aire y sin respuesta.
¿Qué por qué aún sigo así?
son muchas las respuestas,
pero ninguna que lo aclare…
como por ejemplo, ¡El amor!.
Culpo al destino de que no estés conmigo,
y le reprocho que te pusiera en mi camino
aún sabiendo que tu amor ¡era prohibido!.
Miles de kilómetros se pueden viajar,
pero obligarte amar, sería tan
difícil como respirar ¡toda una eternidad!.
En tu vida yo soy espectador,
tú en mi vida eres la razón
de mi despertar, de mi respirar.
Verte duele más de lo que imaginas,
observo como no soy yo, quien te sonroja
y en mi pecho el corazón se acongoja.
¡Tu Sublime rostro!, lo llevo tatuado en mi mente
intentando fingir que puedo sobrevivir con el,
cuando lo que necesito es fundirme
¡Para siempre en tu piel!.