El tiempo vuela despacio
se va fundiendo en silencio
con agujas señalando
cada perdido momento.
Cada día, cada hora,
cada huidizo segundo,
que dejamos que se esconda
desaprovechado en turnos.
A veces mirando relojes
deseando que se muevan
llevando un ritmo incólume
sus manecillas inquietas.
Cada segundo perdido
entre brotes de impaciencia
y florecido entre olvidos
como una vìa muerta.
Querrás echar marcha atrás
pero el tren no sabe hacerlo
y creerás que Satanás
te ha robado todo el tiempo.
Vive ahora lo que tienes,
lo que la vida te da
y no esperes a mañana
porque ya no será igual.