Si pudiera contarle al mundo
que descifré el secreto de la vida,
todos se burlarían.
Si pudiera decirle a un amigo
que me alimento de suspiros,
no me creería.
Si pudiera salir y gritar
que he visto a mi alma
sumergida en un mar de frenesí,
todos me ignorarían.
Y si pudiera escribir un libro
explicando qué sabor tiene la felicidad,
no lo publicarían.
Entonces cambié un poco la historia,
y solamente les dije que te conocí.