Voy sembrando en el camino
Las simientes de mi amor,
Y cosecho bella flor
Sin lo agudo del espino;
Será, acaso, mi destino
Apreciar sólo el color
Y ese divino sabor
De un licor casi divino;
Seguiré hasta mi final
Sin temor a mi querer,
¿Vendrá el destino fatal?
Lo aceptaré con placer,
Realicé mi ideal,
Amar sin nada temer…