Las arenas de mi desierto
Acarician hoy la luna...
Y tu bello rostro centellea vagamente
Deshojando la mañana de fiereza,
¡Oh diosa altiva, engastada brevemente
En el aire desquiciado de la noche... !,
Apenas sois...
En vuestra intangible soledad,
Un perfume sereno y triste
Alevosamente descuidado...
En la esquina deslazada del silencio.