La tortolita herida de ciudad
Hoy te vi llorar entristecida,
tu pena y tu dolor
yo lo sentía…
¿cuánto te costó llegar
a la cita diaria?
¿como fue que te heriste
amiga mía?
Te posaste sola y ya muy tarde
en tu rama de costumbre
sin testigos cerca…
fuiste la última en llegar
con tus plumas rotas
en desorden…
Tus hermana, tus amigas,
ya comieron, bebieron
y ya se fueron
por su difíciles cielos.
¿Cuánto sufriste inocente amiga
en la despiadada lucha de subsistencia
en una naturaleza que nada regala?
Todo se gana enfrentando con dolores
- todo se gana
incluso la vida,
la prolongación o el fin,
- el final de ella…
Todo se gana luchando cada día
nada se regala…
¿Cuánto sufriste inocente amiga
por acercarte a la fuente de agua
de la plaza? de la calle
o del rincón perdido
de la ciudad que mata…
Querías beber, solo una gota de agua
para saciar tu sed sumada
de volar y volar
por la ciudad buscando
donde cerrar tus alas
y apagar tu sed de vuelos infinitos
que te darán la vida
en algún parque, una plaza
o un rincón compartido con los perros
o la gente que pasa
y que no te ven
porque también caminan,
- como tu vuelas
buscando la vida…
Tu campo quieto, tus rincones de cuentos
tus maravillas de aires puros
rotos solo con el aleteo de tus vuelos,
atrás…atrás se fueron quedando
- en el olvido...
Tus vecinos de cielos
- de aquellos cielos libres,
allá quedaron haciendo como siempre,
sus nidos aprendidos en otros tiempos
de naturaleza y azules cielos.
Hoy llegaste tarde inocente amiga
- sorprendida encontraste
lo que buscabas
una fuente de agua, maíz, trigo
y migas del mismo pan
que hoy en familia
comimos en abrazo contigo
Tortolita amiga no te olvides
que hoy surcamos el mismo camino
después de caminar y volar campos abiertos
con libertad de cielos
Tú en tus cielos azules
yo en mis campos de color verde
y tierra virgen…
Ven, caminemos juntos
esta ciudad plomiza llena de ruido y peligros
- ven a curar tus heridas cada tarde
que yo te entiendo
porque tenemos las mismas heridas
de sufrimientos
Aquí hay silencio, agua, maíz, pan
y rincones verdes como mi campo
y abrazo cariñoso de acogida
de una familia que te invita
a tomar el té toda las tardes.
curando heridas
y tejiendo en el aire azules cielos.