La noche huele a ti
a tu ser imprescindible
esta atmosfera liviana me traspasa
en ondas ilegibles mixturadas
con tu imagen ingrávida.
No soy solo yo en mi cuerpo cansado
te aquietas tú en cada tejido, en cada suspiro
en cada entresueño, en cada impulso,
habitas solemne en las hendiduras de mis ojos mansos.
En tanto la vida se desliza a la serena esperanza
cuando , en pensamientos, se revela tu existencia.