Éste mundo tan absurdo...
Estático en nuestras miradas,
con pasiones de muerte flotando al son
de guerras declaradas.
Éste planeta,
un bien que agoniza a causa de nuestro mal.
Ésta galaxia que perece como ceniza
en forma de espiral.
Pero somos tú y yo...
Aurora boreal.
Suave murmullo.
Deleite musical.
Fe que renueva con amor la esperanza.
Sí, amor, somos tú y yo...
Bajo el abrigo del sol,
que ya no quema la piel,
sino que nos da tenue calidez;
fecundidad a nuestros vientres,
en la sinfonía de tocarse por primera vez.
Elevados por el viento... Pareciendo inmortales,
sin serlo.
Contenidos en una célula fusionada que germina,
en el latido de un nuevo corazón.
Éste mundo tan absurdo.
Éste planeta.
Una supernova que nos quema.
Sí, amor, estamos volando juntos...
Tú siendo el agua.
Yo, la tierra.
Ya no hay miedos, ni peros que valgan...
Hemos creado amor, con amor.
Lo sentiste tú.
Lo sentí yo,
cuando hicimos explosión.
Todo es nuevo...
en tu cuerpo,
en mi cuerpo.
Las estrellas hoy tintinean como collares de perlas...
En tus ojos.
En los míos.
En la alegría por nada y por todo.
Ya no hay frío.
Éste mundo...
el tuyo,
el mío,
es uno donde ya no hay desierto.
Solo mares que incitan y envuelven el espíritu
con olas de inspiración y pasión,
a quienes nos miran,
al que en vida estaba muerto y resucitó.
De: Diana Janeth Reyes Diáz.
( Diana Reydz )
Publicado el 02/02/19
11:40pm
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