El grito, desgarró el silencio nocturno
sobresalté la ensoñación
queriendo descifrar desde dónde surgió
a medio dormir, supuse que era un sueño
y otra vez ese grito, colmó el vacío silencioso de la noche.
Traté de ubicar de dónde venía
la voz, no parecía de una mujer
ni un niño en apuros
a esa hora, quién andaría afuera
sería un delito, alguien accidentado
mentalmente, repasé si había cerrado todo
en qué cajón de la mesa de luz, estaba el arma.
Un largo silencio, llevó al abandono del sueño
me sumergía en esa espesa melaza
oscura de ausencias, sin fondo ni techo
en ese inmenso útero del sueño
donde soñaría mi abandono
y ese grito casi mío.