Desprevenida,
vuelve a alcanzarte la vida
allí donde no la esperabas.
Viene a llenarte unas manos
que te dejó vacías
de alimentar distancias.
Y en el confuso margen
de aquella orilla
te ves chapotear
y te salpican ganas.
Te conforta saber
que el camino prosigue
a pesar de días sin gravedad;
que la zozobra te habita
porque estás viva
y vivir es dudar.
Imagen: Detalle de \"Mujeres turcas en el baño\", de Eugène Delacroix.