Que ganas tengo de ti, y de besar tus tiernos labios,
De ajustar mi cuerpo apegado a tus caderas,
De ser la sombra que calladamente, te dice cuanto te ama,
Mientras la luna se oculta, para abrazar a la mañana.
Que ganas tengo de ti,
Y de ser las palabras que tú callaras,
Para quedarme en el centro de tus entrañas,
Y abrigarme así, de tu deseo de expresarlas.
Que ganas de ser la brisa, que empapa tus miradas,
Y ser la lágrima, que de tus ojos tristemente se dejaran,
De ser el pañuelo que las seque mientras te habla,
Y te diga con cariño, todo va a estar bien,
Nada temas mi dulce amada.
Tengo tantas ganas de ti,
Y de ser la arena bajo tus pisadas,
De ser el tiempo que marcara tus madrugadas,
Y de ser también camino, para que siempre en mi andaras.
Tengo ganas de ser poema, y de ser una nota de guitarra,
Para endulzar tus días y también, tus noches solitarias,
Tengo ganas de ser, la taza de café donde tus labios tú posaras,
Y beber la miel, tan dulce… de tus entrañas.
Tengo tantas ganas de ti, y de decirte cuanto te amara,
Si no fuera palabra sino un ramo de rosas que te hablara,
Tengo ganas de ser tus sabanas y también lo mullido de tu almohada,
Para escuchar tus sueños, cuando bese tus labios… en madrugada.
Tengo ganas de ti… y de pedirte, que no te vayas,
Que duermas esta noche a mi lado,
Como si fuera un cuento, con el que tú también soñaras;
Tengo… tengo…. Tengo tantas ganas de ti…
Que ya no sé como expresarlas…
Si ser un poema escrito en líneas blancas,
O ser la canción que te haga recordarlas…
Tengo tantas ganas de ti…
Y si no puedo hoy expresarlas…
Te lo diré por la mañana,
Cuando te diga con Amor,
Yo te quiero… mi hermosa extraña.