Tu cuerpo ya no me toca, empiezo a sentir frío.
Desprende de la copa del pino más cercana al cielo, la hoja de mayor vejez.
Cierro mis ojos y escucho tic.
Camino, camino, camino
por la duda del tiempo, doy largos pasos
y apenas sólo avanza mi añoranza.
La hoja parece no caer, como que pesa más que el arrepentimiento,
como que el viento es más fuerte que la ira.
Desgarro tus letras en mi palma, me doy palmos
al corazón respiro pero no vivo,
levántate a latir.
La paciencia se hartó de mí, no tolera más
años que no conté pasaron, y con ellos poco a poco
me arrastraban al final de la melancolía.
El choque de la hoja por fin y el suelo,
distrae mi silencio abro mis ojos
escucho tac.