En silencio ante el recuerdo de su mirada y con una sensación de vacío,
así quede desde su última partida, que caló en lo más profundo de mí ser,
ni a la vida ni a usted les reclamo, pues al final no todo ha sido malo,
porque mientras le tuve y hasta cuando no le tuve, como le quise...
hoy que mi euforia ha descendido, usted seguramente no querría escuchar
la respuesta a una pregunta que no formuló, pero que ambas conoce por
demás, sin embargo su recuerdo cuál fiel tatuaje sigue e ira grabado en mi
hasta mi último aliento.
Al igual que el haberle perdido, un dolor similar es el que cargo por haber
perdido a la persona que usted de mi transformaba, es una pena ya que me
gustaba tanto, tanto y más porque era el producto de ese amor que yo le profesaba,
pero él murió cuando usted olvidó lo que sentía por mí, más la vida sigue y
así mismo yo con un puñado de recuerdos, como aún lo es su nombre.