Amiga mía, quiero que sepa que usted forma parte importante de mi alegría, no esa alegría pesada para dar saltos o brincos, de una alegría que es meramente diferente, es de esa, que con solo saber de usted, logra hacer que mi corazón de alegría misma de saltos o brincos.
Usted tiene un gran poder en mí, del que quizás, ni usted misma se da cuenta, por que vive el día al día y la nube de otro amor, quizás también le nuble la vista.
Amiga mía, no se sienta presurosa a corresponder este sentimiento, que en su misma espera se torna añejo y desesperado, pero aún conserva una pizca de cordura y paciencia para usted.
Amiga mía, no se sienta mal, si por esta causa de repente me ve cabizbajo u ojeroso, usted no se preocupe por mí, que seguramente cabizbajo y ojeroso me encuentre bien, aunque de antemano sepa yo que no cuento con su presencia, deje le digo, que de su calor aún guardo la más dulce de las esencias.
Mi Amiga querida, si sufro la pena de este amor, que las circunstancias de la vida pone todas las posibilidades en contra de este mismo sentir, sépase orgullosa que sin pedirlo, usted cuenta con un amor que le espera presuroso, cabizbajo u ojeroso, siempre fiel a su encuentro, donde con su poder, del que usted misma no se da cuenta por vivir el día al día, ignora que mi amor le aguarda para disipar la nube de ese otro amor, que seguramente y con toda el alma, espera que sea con usted completamente diferente.
Pero, si así mismo no sucede, Amiga mía, sepa que usted cuenta conmigo de noche y de día o como mejor le plazca, para que esta vez sí, a nuestro encuentro acuda presurosa y quiera darle a este corazón cabizbajo y ojeroso la mayor de las alegrías