TU SONRISA
Aterrizó en tus labios,
endulzando cual fruta sazonada,
convirtiendo en nectarios
esa, tu boca ansiada
por mil besos en furia desatada.
Iluminó tus ojos
con chispas, con destellos de alegría,
azuzando mi antojo
de hacer tu boca mía,
de sorber, de tus labios, su ambrosía.
De vivir nuevamente
ese viaje instantáneo al infinito,
de volverme demente
y con callado grito,
reiniciar, del amor, su dulce rito.
Y escuché tus latidos,
sincronía celestial de tu sonrisa,
y deseos dormidos
acuciaron mi prisa
por degustar, de tus besos, la melisa.
Y yo sellé tu boca
con un beso más largo y más profundo.
Y mi cabeza, loca,
se olvidó de este mundo
y viví el infinito en un segundo.
Y recordé al momento,
el día que te vi por vez primera,
cuando observé el portento;
la alegre primavera
de tus labios sonrisa en bandolera
y me quedé colgado
del brillo de tus ojos, de su danza.
Hoy, ciego enamorado
mantengo la esperanza
de retener esa sonrisa a ultranza.
Jose Cruz Sainz Alvarez